jueves, 13 de agosto de 2009

Bodegas Almanseñas


La revelación de Almansa

En Bodegas Almanseñas estamos convencidos de que la tierra de Almansa puede dar grandes vinos, vinos de altísima calidad.

Y Llevamos unos años intentando predicar con el ejemplo a través de nuestros vinos: Adaras, la Huella de Adaras y la Vega de Adaras.

Bodegas Almanseñas es hoy en día, tras años de trabajo, un proyecto vinícola plenamente encauzado, teniendo como principales clientes de nuestros vinos a los Estados Unidos y Alemania.

Porque el vino de Almansa y su tierra es, cada vez más, una revelación.

La idea

Pasión por Almansa

Bodegas Almanseñas tiene una enorme fe en dos cosas: en Almansa y en sus vinos. Porque ya llevamos un tiempo proclamándolo con pasión: los de Almansa son grandes vinos por sí mismos pese a que a la Historia, hasta hace bien poco, pareciera haberlos condenado simplemente a mejorar y dar color a los caldos de otras latitudes, por lejanas que éstas fueran.
En Bodegas Almanseñas trabajamos para hacer de los vinos de Almansa unos caldos excepcionales, distintos, porque la tierra, el clima y las variedades tradicionales de la zona, el monastrell y la garnacha tintorera, tienen mucho que contarnos si escuchamos atentamente al terruño.

La tierra

La finca que ve nacer nuestros vinos es tierra de paso, por donde transcurría el Camino Real de Madrid a Valencia y Alicante. No es casual que la finca se conozca como Venta la Vega porque, de hecho, en ella se levantaba la venta de este mismo nombre y de la que hoy sólo queda el recuerdo y una infinidad de historias de viajes, viajeros y de altos en el camino.

Ahí crecen nuestros viñedos, en campos moteados con antiguos aljibes, pinos y carrascas que se dan de bruces con los sembrados de este altiplano que es Almansa, el último eslabón de la Meseta hacia el litoral levantino.

Venta la Vega

Muy poco queda de lo que fuera la Venta la Vega que da nombre a nuestra finca. Y eso que esta venta cobraba una importancia especial al estar situada en un cruce de caminos clave en el antiguo Camino Real de Madrid-Valencia-Alicante.

Al margen de hospedería, marcaba uno de los límites jurisdiccionales de Almansa, lo que le concedía aún mayor importancia. Contaba incluso con capilla. Pese a todo, hoy no es más que un recuerdo todavía vivo entre los más ancianos, que tejen relatos de viajeros, arrieros y mulos fieles. Nuestro vino también pretende ser un homenaje a todos ellos.

DO Almansa

Los vinos de Bodegas Almanseñas están amparados por la Denominación de Origen Almansa, situada en el sudeste de la provincia de Albacete. Se trata de una zona de tránsito entre la meseta y el Mediterráneo, por lo que comparte características de ambas áreas. El clima es el continental semiárido característico del borde de la meseta, con precipitaciones más bien escasas, una influencia mediterranea suave.

Aunque, tradicionalmente, los vinos se han vendido al por mayor, los últimos años se está registrando un mayor interés por la experimentación con las que han sido las variedades tradicionales de la zona: la garnacha tintorera y la monastrell. Estos ‘nuevos’ vinos de la DO Almansa están despertando el interés de los mercados exteriores y empiezan a aparecer en las listas de los grandes vinos nacionales e internacionales.

El Paisaje

Aunque pertenezca a Castilla la Mancha, el paisaje de Almansa no encaja con la imagen universalmente conocida de la Mancha. No es lo mismo. Almansa se encuentra en el borde de la meseta, iniciando su descenso hacia el Valle de Vinalopó, y ello se deja notar en la naturaleza. El monte del Mugrón, declarado de interés cultural y de un alto valor sentimental en Almansa, preside nuestra finca. Ahí está, pétreo, sólido, eterno, vigilante. Y por si fuera poco, su nombre certero nos lo revela todo de su forma.

La uva

Para muchos y hasta hace bien poco, las variedades tradicionales de la DO Almansa han sido algo así como cenicientas de la viticultura. El caso más paradigmático es el de la garnacha tintorera que en Bodegas Almanseñas reivindicamos con entusiasmo. Porque durante años se pensó que esta variedad, caracterizada por su zumo y pulpa de color muy tintos, servía tan sólo para colorear, y poco más. Pero a nuestro entender, la tintorera es una variedad que proporciona vinos de alto equilibrio y concentración y que, adecuadamente combinada con la monastrell, nos ofrece una interpretación certera y exquisita de lo que es la tierra de Almansa.

Vendimia

La vendimia es para Bodegas Almanseñas casi una ceremonia. La vendimia se lleva a cabo artesanalmente. Nuestra filosofía consiste en buscar el equilibrio del vino en las cepas, en la naturaleza, para lo que es fundamental iniciar la cosecha en el momento de madurez óptima de la uva.

Monastrell

La monastrell, variedad tradicional de la DO Almansa, cuenta cada vez con mayores adeptos. Esta variedad ha sido la protagonista de algunos de los nuevos ‘vinos’ de la DO Almansa y de otras denominaciones vecinas. Su complejidad aromática, su golosidad, su excelente combinación de frutas y especies y, sobre todo, su magnífica expresión del suelo la convierten, a nuestro entender, en una joya vitivinícola.

Tintorera

La garnacha tintorera es una variedad que, para muchos, históricamente, sólo ha servido para dar color. No es extraño, teniendo en cuenta que se trata de una de las pocas variedades de uva tinta con la pulpa coloreada. Es una de las variedades con mayor presencia en la DO Almansa. Pero más allá del color, produce vinos equilibrados, concentrados, afrutados y muy sabrosos. La garnacha tintorera aún tiene mucho que decir.

El equipo






ENTUSIASMO

Más allá del carácter que le imprime la tierra, el vino es obra de hombres y mujeres que le transfieren su personalidad. En Bodegas Almanseñas creemos en el trabajo en equipo, que comienza en los viñedos y termina con el vino en la copa. El mimo de la viña y un cuidadoso proceso de selección en la vendimia son fundamentales en la elaboración de nuestros vinos. Sin buena uva, no se logran vinos excelentes. Del mismo modo que no es posible conseguir la excelencia sin un gran equipo de viticultores, de enólogos y de bodegueros apasionados por lo que hacen. Sin cariño, tampoco hay vino.

La bodega
Con una bodega moderna y tecnológicamente a la última, en Bodegas Almanseñas no queremos perder la calidad del trabajo artesano. Porque la tecnología contribuye a elaborar mejores vinos, pero de poco sirve si no se cuida la viña con mimo y las labores de la bodega no se realizan con esmero y con respeto a la uva, nuestra materia prima y nuestra razón de ser. Diseñada también para recibir visitas y para divulgar la cultura del vino a todo aquel que quiera escucharnos, nuestra bodega corona la finca de Venta la Vega, entre la meseta y el mar, de donde surge íntegramente nuestra cosecha.

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